Ivonne & Alberto

DETALLES
Dónde — Bogotá
Servicio — Organización total

Un amor que no se pudo apagar.

“Las muchas aguas no podrán apagar el amor”. Esa frase la conozco porque las wedding planner conocemos muchas frases acerca del amor, que solemos poner en invitaciones, en los menús o en los detalles, y porque está muy relacionada con mi espiritualidad.

Hoy la leí y me acordé de la historia de Gilberto e Ivonne. ¿Escucharon hablar alguna vez, sobre alguna pareja a la que se le atravesó una pandemia precisamente cuando se iban a casar?

Se conocieron por asuntos laborales. La empresa en que los dos trabajaban organizó un evento en Guatemala y los dos tuvieron que desplazarse desde sus países, él desde México, ella desde Colombia.

Verla fue como un descubrimiento para él, a veces no imaginamos las formas que puede alcanzar la belleza; ella no fue indiferente y su timidez natural estaba ahora derrotada por la fuerza de la atracción, al punto que incluso se atrevió a invitarlo a comer. No pasó mucho tiempo antes de que él le pidiera que se casaran… pero a la distancia.

Así que empezamos la organización de la boda. La planeamos una y otra, y otra vez. En una de las planeaciones tuvimos un número de 150 invitados, en otra, una de 120 y al final la boda terminó siendo íntima: con 50 personas.

Escogimos el lugar, la Hacienda Márquez en La Calera, que le recordaba al novio el estilo de las haciendas mexicanas; y que le hizo pensar en la idea de tener una piñata. Esas fueron las dos peticiones del novio, de resto, todo estaba planeado para complacer a Ivonne: lo que ella quisiera.

El día de la prueba de menú pudimos sorprenderla, porque utilizamos el momento para que a su boda no le faltara nada. Le dijimos que tenía que venirse muy linda porque íbamos a hacer unas fotografías y venía con su novio, que había viajado desde México, supuestamente, para participar de la prueba.

Pero cuando llegaron, además de encontrarse con una mesa que parecía ser la mesa de menú, antes sus ojos apareció un letrero, con pirotecnia, decía:

“¿Quieres casarte conmigo?”.

La luz de las estrellas y de las luces pequeñas con las que decoramos, iluminaba el momento; además de las sonrisas de su familia, que también estaba en el lugar para sorprenderla. La presencia de los vallenatos románticos de Beymar Toledo, llenó de romance el ambiente al sonido de su guitarra y de un mariachi con canciones dulces grabadas en la memoria de Gilberto.

El día de la boda fue como una primavera.

A Ivonne le encantan las flores, así que nos aseguramos de forrar en flores el lugar y con los más cercanos de sus círculos, los novios pudieron disfrutar de una cena deliciosa y luego de una fiesta increíble con una orquesta tropical.

El final de la fiesta fue hermoso para nosotros: la novia sonreía sorprendida, el novio sonreía feliz, la familia sonreía en una fiesta que incluso cerró con unos divertidos mariachis. Yo también sonreía, una pandemia se nos vino encima, una gran dificultad social se puso contra el propósito de esta boda, pero las muchas aguas no pudieron apagar el amor.