Andrea & Nathalie

DETALLES
Dónde — Subachoque.
Servicio — Organización total. Boda Destino — 🇨🇴 🇮🇹

 

El amor es una fuerza poderosa.

Amo organizar bodas. Hace poco recibí la fotografía de una novia, de cuando le dijeron que estaba embarazada, una boda que pude organizar y coordinar, y me dije: “Mi trabajo está alcanzando otras generaciones”, es muy bonito para mí saber que las parejas a las que acompañé permanecen unidas, me alegra ver que mi labor en las historias de amor como wedding planner trasciende épocas, culturas, barreras… Como la historia de la pareja que me envió la foto: Andrea y Nathalie.

Ellos se conocieron en Francia. Cuando nos conocimos, Nathalie estaba terminando su maestría en Colombia; y además de eso se organizaba para hacer realidad su proyecto de trasladarse definitivamente a Francia y encima tenía el reto de la organización de la boda.

Una época difícil para ella y uno de esos escenarios que me hacen sentir orgullosa de ser wedding planner. Saber que puedo ser la ayuda ideal en momentos así, me inspira. Nos reuníamos en cualquier momento que ella tuviera, la atendía apenas ella tuviera disponibilidad. Valió la pena.

Andrea, el novio, tenía en su cabeza una idea sobre cómo son las bodas francesas y eso se me planteaba como un reto: ¿Cómo combinar su idea de un azul muy elegante con mantel, con la idea de Nathalie que estaba pintada de rosa? Las fotografías te dejan ver que lo conseguimos, entendimos que el concepto de esta boda debían ser los viajes. Por supuesto, no fue nada fácil.

Por ejemplo, tuvimos que visitar una y otra hacienda, una tras otra, sin encontrar una que convenciera a la pareja, hasta que llegó ese momento mágico. “Esta no me la nombraron —les dije hablando de la locación a la que íbamos—, no estaba entre sus favoritas. Pero vamos a verla”.

A veces tienes que tenderle una mano a los novios. Cuando llegamos a la Hacienda Montecano parecía que todo resultaba como en las anteriores, pero al llegar a la capilla sucedió: “Eugenia, aquí es donde yo me veo entrando, aquí me vi entrando a la iglesia”, me dijo Nathalie.

Para mí tuvo una cuota más de belleza, porque Andrea y Nathalie se enamoraron a tal punto de mi hija, que decidieron que fuera su pajecita… No hay forma de no recordarlos con cariño.

Luego de la ceremonia vino una celebración cargada de características colombianas, pero esta fue la más colombiana de todas:

—¿Dónde está Nathalie? —me preguntó Andrea cuando vio que los bailarines de una comparsa cumbiambera estaba llegando para hacer un show acompañadas por unos gaiteros de San Jacinto.

—No tengo ni idea —le dije, pero no pude soportar su mirada de angustia, así que completé la frase—. Sí sé dónde está, pero no sé dónde está.

Andrea se rió y luego de unos minutos ya no tenía una risa en su cara, sino una gran sonrisa:

Como la segunda de la comparsa, Nathalie había entrado como la más bella cumbiambera. La emoción de los invitados se reflejó incluso en los gritos emocionados por la sorpresa que la novia le daba a su pareja…

El amor es una fuerza poderosa que reside en nuestro interior, ¿no lo creen? Traspasa todas las barreras, todas las culturas; absolutamente todo es posible con el amor.

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